Este hito se consiguió dando cuatro vueltas al circuito delle Madonìe, con un recorrido de 108 kilómetros. La velocidad media fue de 60 kilómetros por hora, algo remarcable para la época. A partir de aquí el resto de pilotos de Alfa Romeo, incluido Enzo Ferrari, decidieron seguir portando el trébol en sus coches de carreras. Así quedó ligada la historia de este anagrama a la competición. Posteriormente también el QV pasó a algunos modelos de producción.
El Alfa Romeo Giulietta 1750 TBi de 235 CV ‘Quadrifoglio Verde’ es ahora mismo la variante más prestacional de este compacto de segmento C, con un diseño diferente del de sus competidores, porque al fin y al cabo, los genes Alfa están ahí. El MiTo Quadrifoglio Verde por su parte emplea un 1.4 MultiAir Turbo de 170 CV, aunque casi sea más importante la excepcional relación peso/potencia de 6,7 Kg/CV. Estos son los encargados de portar orgullosos un símbolo indiscutible de deportividad que esperamos ver en futuros modelos del Biscione.
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